ALTO A LA HUELGA
Si lo se.... no aguante mas.... tuve que investigar..... aun...
ESTROPAJOS (San Francisco, 1917)
En el año 1917, Edwin W. Cox, de San Francisco, era un vendedor puerta a puerta entre cuyas mercancías figuraban las nuevas y tan anunciadas baterías de aluminio. Las ventas eran mediocres, porque las amas de casa de la Costa Oeste todavía no estaban al corriente de lo último en la tecnología de las cacerolas.
Por propia experiencia, Cox sabía que una queja corriente en todas las cocinas era que la comida se pegara a cacerolas y sartenes.
¿Por qué no idear un estropajo que combinara las características abrasivas de la limadura de acero con la capacidad limpiadora del jabón?
En su propia cocina, Cox introdujo pequeños estropajos cuadrados de viruta de acero en una solución jabonosa. Cuando se secaba cada estropajo, era sumergido de nuevo, y el proceso se repetía diligentemente hasta que cada estropajo quedaba saturado de jabón seco.
En sus visitas a las amas de casa, descubrió que aquellos estropajos, todavía carentes de nombre, abrían puertas y facilitaban las ventas. Cada mujer recibía un ejemplar de muestra gratuito. Muchas pedían más y no pocas llamaron a casa del vendedor para averiguar dónde se podían comprar estropajos de aquel tipo. Al cabo de unos pocos meses, la demanda superó la capacidad de Cox para fabricarlos en su cocina. Así pues, dejó de vender cacerolas y ollas y se metió en el negocio de la fabricación de estropajos jabonosos.
Al necesitar un nombre apropiado para el nuevo producto, Cox aceptó la sugerencia de su esposa, que se refirió a los nuevos estropajos como «SOS», iniciales internacionales para solicitar socorro en el sistema Morse.
Pues de algo servira...
1 comment:
órales, muy interesante, ahora ya sé de donde viene el estropajo de mi mamá.
See ya.
Isrra
Post a Comment